(ANIMAL FURIOSO QUE ME HACE TEMBLAR)
Es una bebida ritual sagrada y ceremonial hecha con agave de dos o mas varietales, es decir, una mezcla, sangres o ensamble de agaves y nuestro palenque ha utilizado hasta 23 variedades de agaves de varias sangres para crear su destilado espirituoso, cuidando dentro de su proceso que los agaves silvestres sean los mas especiales por su edad y maduración, por lo que al ser separados de la tierra y sus raíces, la luna debe estar en cuarto menguante, dejándolos reposar inertes en liturgia una semana, después son transportados inocuos por mulas desde la sierra hasta el camino y después por camiones para ser transportados al Palenque, y ahí serán desbastados hasta quitar todo rastro de la penca quedando solo la piña, para después ser cocidos en hornos cónicos de tierra, con leña de encino y roca volcánica tapados con palma y tierra durante varios días a 600º C para una cocción lenta y uniforme, posteriormente molidos a mano con un mazo de madera, para fermentarlos en tinas hechas de tablones de sabino, con agua milagrosa del manantial del Pocito de la Virgen de Juquila, transformando el azúcar en alcohol, generando los sabores y aromas en esta etapa característicos y particulares de esos agaves, siendo únicos e irrepetibles, tratándose como un rastro digital, por eso nuestros mezcales nunca tendrán un mismo sabor aunque utilicemos las mismas variedades de agaves, inclusive también se les llama mezcales vivos, ya que desde que salen de la olla de barro su sabor es cambiante durante un promedio de 12 meses hasta que su formula madura o se estabiliza, presentando durante ese periodo diferentes matices en sus aromas y sabores, por influir en las plantas factores materiales y espirituales que no estan sujetos a patrón alguno.
La doble destilación ancestral de los fermentos y mostos son mediante ollas de barro de la región de Atzompa, Oaxaca, bajo un proceso de goteo por pabilo recuperado por cantaros y almacenados en garrafones de cristal, para su envasado y distribución.